Comenta el tipo de texto y los recursos que
utiliza el narrador para describir a doña Rosa.
Doña Rosa va y viene por
entre las mesas del café, tropezando a los clientes con su enorme trasero. Doña
Rosa dice con frecuencia leñe y nos ha merengao (1). Para doña Rosa, el mundo
es su café, y alrededor de su café, todo lo demás. Hay quien dice que a doña
Rosa le brillan los ojillos cuando viene la primavera y las muchachas empiezan
a andar de manga corta. Yo creo que todo eso son habladurías: doña Rosa no
hubiera soltado jamás un buen amadeo de plata (2) por nada de este mundo. Ni
con primavera ni sin ella. A doña Rosa lo que le gusta es arrastrar sus
arrobas, sin más ni más, por entre las mesas. Fuma tabaco de noventa (3),
cuando está a solas, y bebe ojén (4), buenas copas de ojén, desde que se
levanta hasta que se acuesta. Después tose y sonríe. Cuando está de buenas, se
sienta en la cocina, en una banqueta baja, y lee novelas y folletines, cuanto
más sangrientos, mejor: todo alimenta. Entonces le gasta bromas a la gente y
les cuenta el crimen de la calle de Bordadores o el del expreso de Andalucía
(5).
1
Nos ha merengao: madrileñismo por “nos ha fastidiado”.
2
Moneda de plata, con valor de cinco pesetas, acuñada en 1871 con la efigie de
Don Amadeo de Saboya, rey de España entre 1870 y 1873.
3
Cajetilla de tabaco de picadura que valía noventa céntimos.
4
Ojén: pueblo de la provincia de Málaga que da nombre a un aguardiente
dulce.
5
Se alude, sin precisión exacta, a crímenes famosos, como el cometido en el tren
correo de Andalucía, en 1924.
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